Tener un hijo es sin lugar a dudas y por lejos, la experiencia más intensa y maravillosa que un ser humano puede vivir. Una gran cantidad de sentimientos desconocidos afloran y, muy especialmente para la madre, surgen una infinidad de sentimientos y percepciones nuevas. Es que hay un gran elemento que se suma a la maternidad y, que no sucede con la paternidad: el cuerpo y la biología de nuestro organismo también cambian completamente.
Una vez que hemos transitado por la especial etapa el embarazo, la gran experiencia del parto, llega y comienza una gran etapa: la maternidad con nuestro bebé en brazos. La lactancia, las horas sin dormir, las hormonas que parecen jugar y burlarse de nosotras, todo son cosas que nuestro cuerpo sufre y nos lo hace sentir.
Hoy dedicaremos un espacio a la famosa depresión post parto. ¿Existe en realidad? ¿Hay algo que podamos hacer para sobrellevarla de mejor manera? ¿Todas las mujeres la sufrimos?
Cómo llevar adelante la depresión después que nuestro bebé ha nacido
Lo primero que diremos, es que en realidad si existe. Hay una razón biológica que lo explica. Cuando nuestro bebé nace y, a través de la placeta eliminamos hormonas que son responsables de hacernos sentir más felices. Al eliminarlas aparecen los estados de ánimo más variables y, tendemos a irritarnos más. Esto nos pasa a todas.
A lo anterior le sumamos que dormimos muy pocas horas y de forma muy interrumpida. También estamos muy estresadas por nuestro bebé al que queremos cuidar todo el tiempo y la lista de razones podría continuar. Pero ¿qué podemos hacer para sentirnos mejor? Veamos algunas sugerencias de quienes ya han pasado por esta gran experiencia de ser madres:
- No autoexigirte más de la cuenta. Sea que sea nuestro primer bebé o el quinto, tendemos a vivir exclusivamente para cuidar a nuestro bebé. Esto está bien pero no podemos pretender hacer todo de la manera y en el momento perfecto. Piensa que no hay reglas, cada madre y cada bebé conforman una situación única. Tú has hecho el mejor trabajo del mundo, cuidar de tu bebé mientras estaba en tu vientre y dar a luz.
- No estés presa de internet. Hoy en día, es muy común que todo lo consultemos en internet. Esto no significa que esté mal, pero cuando caemos en excesos entramos en un círculo difícil de salir. Vamos a encontrar muchas opiniones muy variadas, consejos, afirmaciones que pueden ser equivocadas y, rápidamente podemos entrar en pánico. Cuando lo necesites entra en internet pero que eso no te sume más preocupaciones. Si algo no está claro ahí, deja para consultar con el profesional pertinente.
- Cuida tu imagen a pesar de todo. Después que hemos tenido un bebé, la estética y nuestra imagen parecen ser cosas del pasado. Sin embargo, lo que vemos cuando nos paramos frente a un espejo tiene mucha influencia en cómo nos sentimos. Aunque parezca que es casi una locura hazte algo de tiempo para arreglarte el cabello, tus uñas y porque no hasta maquillarte.
- Hablar de lo que te pasa. Aunque pienses que en ocasiones eres reiterativa o que a la gente poco le importe saber de tu estrés, habla del asunto. Si tienes amigas y, que además hayan sido mamás, entonces mucho mejor. Verás que no estás sola en esta gran odisea que significa ser mamá.
- Pide ayuda a tu pareja. Si tienes pareja y viven juntos, entonces comparte lo que te está pasando con él. Anímate y pídele ayuda. Muchas veces los hombres y, especialmente si son padres primerizos no saben cómo colaborar. En verdad quieren apoyarte, pero a veces realmente no saben cómo hacerlo. En ocasiones tenemos sobre nuestros hombres la presión de ser mamás perfectas y, pensamos que para serlos tenemos que ser autosuficientes. Recuerda que eso no te hará ser mejor mamá.
La maternidad es una etapa realmente maravillosa y, el tiempo transcurre muy de prisa. Tienes que disfrutar al máximo esta etapa y, para ello debes liberarte de prejuicios y presiones, que muchas veces nosotras mismas nos imponemos.
Por: Marisa Peris