En la vida existen diferentes formas de evadir o crear distintos caminos para lo que muchos indican ser “inevitable”; si tienes experticia y solidez, no tendrás que lidiar con la mayoría de problemas con los que la gente, en gran parte sufre. Esto es aplicable también en tu vida económica, claro está, y si tienes cuidado y un poco de buenos hábitos, podrías evitar estar hasta el cuello de deudas.
Las deudas son sin duda alguna, uno de los problemas monetarios con los que la población acarrea, incluso puede afectar a personas de cualquier clase económica; baja, media o alta. No hay discriminación alguna.
Pero no te preocupes, ciertamente, como se ha mencionado, puedes tener otra mentalidad mejor preparada para evitarlas, y comenzar a infundir en ti, nuevos hábitos; aquí se te enseñarán 8 de ellos, así que lee cuidadosamente.
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Evita utilizar demasiadas veces tu tarjeta de crédito
Es verdad que siempre puede existir la tentación de utilizar la “jugosa” tarjeta de crédito; estar con mayor soltura en tus gastos, si, el banco te dará una buena cantidad de dinero, pero ¿Qué hay con los pagos posteriores, intereses y tarifas? Utiliza una buena estrategia al tener gastos con ella, comprando solo lo que puedas pagar sin falta para el siguiente mes.
Compra con esta herramienta monetaria solamente cuando sea necesario, no realices las llamadas “compras impulsivas”, ya que podrías generar más y más deudas con cada una de ellas. Además, oblígate a estar organizado en tus pagos, y a la hora de tener esa compra que tanto necesitas, no gastes más de lo que no puedas pagar.
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Compra con mayor frecuencia en lugares donde puedas hallar buenas ofertas
Seguramente has ido al supermercado, restaurante, tienda electrónica o cualquiera de las cadenas de franquicias disponibles en tu localidad en búsqueda de buenos productos, pero no te has fijado en algo: el precio. Existen infinidad de ofertas a la vuelta de la esquina, de los mismos productos que posiblemente estés comprando al doble de su precio real.
En este sentido, lo mejor que puedes hacer es buscar la oferta más óptima disponible, para ahorrar hasta un 70% en gastos y además, no caer en deudas, nunca compres en la primera tienda donde veas lo que deseas. No te dejes llevar por bonitos empaques o presentaciones, si puedes obtener un producto con menor denominación monetaria, no escatimes.
Además, puedes en la mayoría de los casos utilizar cupones de pago, es muy sencillo hacerse con algunos, y lograr así siempre que puedas gastarlos en vez de usar tu dinero.
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Hazte de hábitos ahorrativos como si fueran parte de tu día a día
Este punto va muy estrechamente ligado al descrito anteriormente, y se trata de implicar todo tu ser en las prácticas ahorrativas. Si ya te has centrado en las ofertas, ahora no dejes de siempre tener un par de billetes en tu cuenta, aun cuando sientas que “no tienes más gastos”, trata de fijarte un mínimo de capital como base.
Esto es lo que muchos denominan “colchón monetario”, e implica tener un capital extra, por si surge alguna situación imprevista. Logra hacer esto y no vivirás con el estrés de deudas, ya que lógicamente, estarás un paso delante de ellas.
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Realiza una evaluación de lo que realmente necesitas
No es la primera vez que debes leer esta recomendación para evitar deudas; pero ¿realmente lo has aplicado? Si tu situación económica no es la mejor de todas, entonces con mayor énfasis debes aplicar una evaluación real y se recalca el “real”, para determinar cuáles son tus necesidades.
Primero determina tu capital, has una estimación anual, de ser posible, e incluye todos tus gastos que tengas como “predeterminados”, posterior a ello, inicia con el proceso de descarte; aquellos que realmente no sean útiles a tu día a día deben ser eliminados sin titubear.
El consumismo es muchas veces un arma de doble filo, y si no te controlas, puedes llegar a comprar elementos que quedarán en tu cochera como pequeños adornos inútiles.
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Si ya has caído en deudas córtalas de raíz
En el caso de que estés ya hasta el cuello de deudas, elimina toda causa externa o interna de ellas. La principal de estas es seguro la tarjeta de crédito; no olvides, lo que anteriormente se ha indicado y aplica este nuevo principio: elimina todas las tarjetas que ya mismo te están presentando problemas financieros.
Además, trata de pagar las deudas con menor costo, estas son las que primero deben estar en tu itinerario de pagos, esto tiene relación con la planificación que ya debes haber realizado, con anterioridad a través del descarte de gastos; pues es similar, y esta vez, primero descarta los montos más pequeños, ya que son los “más fáciles” de pagar.
Resulta contra-indicativo señalar a las deudas ya en el punto donde deberías estar consiente de no caer en ellas, pero claramente existe siempre el riesgo.
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Utilizar solo o en mayor proporción dinero en efectivo
Aunque en estas épocas de suma tecnología y alcance del dinero electrónico, nunca está de más utilizar el papel moneda como principal sustento a tus gastos económicos.
Es verdad que esto puede tener algo de molestia al salir a la calle y llevar consigo una gran cantidad de dinero en los bolsillos, pero recuerda que así te librarás de tarifas que están ahí, latentes consumiéndote poco a poco, entre ellas, los intereses, IVA, cobros por retiro, y comisiones.
Ciertamente parece tonto, pero las tarifas que la mayoría de los servicios de pagos electrónicos podría quitar hasta un 15% de tu capital sin siquiera haberte dado cuenta. Por ende, en el momento en el que realmente necesites pagar, podrías llevarte una mala experiencia.
Otras ventajas del uso de dinero en efectivo, es el poder controlar de mejor manera las anteriormente mencionadas compras compulsivas. Esto debido a que el límite que establezcas para tus gastos estará siempre en frente de ti, por lo que será mucho más practico el manejo de presupuestos.
Algunas tiendas por lo general, también ofrecen una gran variedad de descuentos si realizas tu pago en efectivo; esta fortaleza va ligada con el punto donde se hizo mención de compras con ofertas. ¡No dejes de tener efectivo en tus bolsillos!
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No gastes más de lo que ganas
Esta práctica es esencial, y no amerita muchos cálculos financieros; es simple, si tu salario no supera en un 50% al crédito o el monto de un producto que estés recién obteniendo mediante cuotas, no lo compres.
Seguramente el siguiente mes estarás sufriendo a duras penas para poder pagar la cuota que corresponde y además, las tasas de interés irán haciendo poco a poco su efecto negativo a tu bolsillo.
Realiza un presupuesto basado en lo que realmente puedas gastar, y si en tus metas a largo o a corto plazo contienen gastos mayores a lo que puedes reunir de forma mensual, no te precipites, ahorrar. Ahorrando poco a poco puedes obtener ese “tan preciado” producto o servicio que por ahora está fuera de tus manos
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Haz planes futuros de tu presupuesto
Al construir un presupuesto a futuro, fijarás y mantendrás un equilibrio armónico en tu vida financiera. Lo más recomendable es que muy planifiques muy bien tus gastos, para eso, adelántate y evalúa tu capital disponible, para obtener futuros ingresos que puedan mantener el flujo de la salida y entrada de dinero financiero. Además, busca la causa por la cual tu presupuesto se desequilibra, haciéndote caer en las deudas.
Una vez consigas e identifiques el problema, aplica los 8 hábitos ya anteriormente mencionados; notarás la diferencia, cuando de vez en cuando puedas premiarte y hacer el viaje de tus sueños, ir a comer donde desees o comprar aquel producto que tanto deseabas.