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¿Qué hay que tener en cuenta para emprender y perdurar? 5 Pensamientos

¿Qué hay que tener en cuenta para emprender y perdurar? Voy a compartir algunas reglas que he seguido y que han sido oportunas y efectivas cada vez que he iniciado un negocio. Hoy, el 84% de ellos siguen funcionando, 26 años después de abrir el primero.

Piensa en Como reducir costes

En primer lugar, tengo una gran aversión a los gastos fijos y he de expresar aquí mi consejo de que cuanto menores sean –dentro del contexto de cada empresa- mejor. Decía Warren Buffet que él no entendía que un gerente se levantara un día y dijera “hoy voy a reducir costes”. Todos los días son días para reducir costes. La reducción de costes para una empresa es como para las personas el ejercicio y una correcta alimentación: una fuente permanente de salud.

Honestidad y Honradez

En segundo lugar, la honestidad. Yo pienso que la honestidad y la honradez en los negocios son rentables desde el punto de vista financiero. No de una forma espiritual, idealista o como una manera de sentirse mejor, no. Lo que quiero decir es que se gana más dinero a medio y largo plazo siendo honrado que no siéndolo. En general, los clientes no tienden a repetir sus compras donde les engañan, no propendemos a ser clientes fieles y repetitivos donde pensamos que nos han tomado el pelo o algo peor. Esto es lo que me dice mi experiencia como empresario y como consumidor.

Definir Riesgos

En tercer lugar, la determinación clara del riesgo. Este se puede definir de muchas formas, pero básicamente el riesgo en las empresas suele consistir –entre otras cosas- en que los gastos fijos son seguros y los ingresos no lo son. Manejamos una entidad, la empresa, que tiene unas obligaciones de una certeza rotunda plasmadas en sus gastos fijos, y unos “derechos” de una incertidumbre de cierto grado, plasmados en sus ventas y, posteriormente, cobros. Manejar esta situación de gastos seguros e ingresos inseguros requiere unas características psicológicas que no todo el mundo posee. Esto quiere decir que el número de personas dispuestas a hacer esto, y que llamaremos para el caso emprendedores, no es en general muy elevado, y quizá no fuera mala idea que los gobiernos trataran de evitar su extinción y promover su multiplicación, aunque ese es otro asunto.

Emprendimiento y Pequeños Negociso

No todas las «oportunidades» son oportunidades

En cuarto lugar, la detección de las oportunidades. Todos conocemos historias sobre gente que ha interpretado como una oportunidad lo que a otros le parecía una amenaza o una crisis y en consecuencia ha obtenido un gran éxito. Yo conozco unas cuantas porque, entre otras cosas, las colecciono. Hay oportunidades por todas partes y constantemente están surgiendo otras nuevas. Pero hay que tener las antenas desplegadas, bien orientadas y la atención bien dispuesta. Incluso en épocas de crisis como la actual surgen oportunidades, quizá puede que hasta más que en situaciones normales, pero hay que tener un cierto entrenamiento mental en detectarlas y capturarlas. Es un poco paradójico, pero ahora sabemos que muchas de las cosas que se hicieron hace dos o tres años, y que parecían una gran oportunidad, resulta que ahora son un peligro y hay cosas que ahora nos parecen un peligro y estoy convencido que dentro de unos años se verá claramente que eran una oportunidad. Para calibrar todo esto hace falta casi siempre una cierta dosis de sentido común.

No pierdas el sentido comun

Pasemos, pues, al punto número cinco: el sentido común. Me declaro abiertamente un fan del sentido común e incluso valoro más este rasgo que la inteligencia. Suelo decir que posiblemente no haya habido en la historia nadie más unánimemente reconocido como inteligente que Napoleón. Sin embargo, no terminó bien. No murió en su cama, rodeado por su familia y siendo Emperador. Sino que murió lejos de su casa, rodeado de enemigos y despojado de cualquier título. ¿Por qué? Yo creo que no supo pararse a tiempo, no supo dónde estaban sus límites y hasta donde podía llevar su ambición o su codicia. Si las llevas al límite puede que termines en un precipicio.

Volvamos a la empresa; el sentido común, eso que llamamos sensatez o buen sentido es, para mí, la capacidad de procesar la poca o mucha información que tenemos sobre un tema y sacar una conclusión y una línea de acción razonables. Sobre el sentido común decía Descartes que debe ser la cosa mejor repartida de esta vida, porque todo el mundo cree tener suficiente. Y sin embargo, a mí me parece algo que escasea mucho, incluso más que la inteligencia. Pues bien, el sentido común me parece una herramienta valiosísima para quien quiera dedicarse al mundo de los negocios o a la empresa. Manejar recursos escasos en condiciones de incertidumbre es una actividad a la que le viene bien la ponderación y la prudencia, sin que le venga mal una cierta dosis de audacia. ¿Está bien este producto para este tipo de cliente? ¿Es correcto el precio? ¿Podremos vender suficientes unidades para cubrir los gastos fijos? ¿Hay mercado para este producto o esta idea? ¿Es el momento de endeudarnos para aprovechar las oportunidades de crecimiento? Alguien dijo que la dirección o management consiste en llevar a la empresa a una situación diferente y mejor. Para eso hay que analizar, diagnosticar y tomar decisiones. Contar con una buena dosis de sentido común a la hora de hacer eso es mucho mejor que tener un as en la manga, es tener un comodín siempre a nuestra disposición.

Nos encontramos en un entorno económico incierto, complejo y desafiante. Las grandes decisiones económicas corresponden a los gobiernos, mientras que las relativas a nuestros negocios y a nuestras vidas nos corresponden a nosotros. Por supuesto, las decisiones que ellos tomen nos afectan y nos condicionan, pero considero que siempre quedan grados de libertad para la acción humana creativa, decidida, audaz, constante e inteligente. La acción pone en contacto nuestros deseos con la realidad, es el puente entre nuestros sueños y nuestros logros. Siempre ha habido desafíos y amenazas para la actividad empresarial, pero esos mismos inconvenientes traen bajo el brazo el pan de la oportunidad. Cada uno tiene que saber qué es lo que quiere ya que nunca hay viento favorable para el que no sabe a dónde va.

Considero que si uno se plantea un objetivo concreto y pone su empeño en alcanzarlo es muy probable que lo consiga si inicia una acción masiva, inmediata, coherente, perseverante e inteligente hacia su sueño. Todo eso al margen de las circunstancias y de las políticas acertadas o erróneas de los gobiernos.

Con sentido común, honradez, sintonía con la oportunidad, conciencia del riesgo y gastos fijos bajos se puede navegar por tormentas económicas sin miedo a naufragar. Y eso no es poco.

[author title=»Autor Invitado:
Miguel López Ferreras, Emprendedor y Profesor de Finanzas» image=»http://»]Interés en temas de: Finanzas, Emprendimiento, Economía, Historia, Productividad, Biografías empresariales, Personal y Directiva. Más de 25 años de experiencia empresarial y docente en paralelo.[/author]

Joan Ferreira, Blog Finanzas

Financista, asesor financiero, consultor de pequeñas empresas, empresario, inversionista, maestro, voluntario, corredor, viajador, y muy familiar. Muchos consideran que se mucho de muchas cosas, pero lo unico que yo se es que me falta mucho por aprender.

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