“Puede besar a la novia”.
Con esas palabras inicia oficialmente su vida juntos. Romántico, dirían muchos. Pero casi nadie les dirá “qué lindo, ahora deberán pagar deudas conjuntas, analizar los gastos y algunas veces ajustarse el cinturón”. Hablar de dinero equivale a colocar otra columna de soporte en una relación sana. Primero deberán tener “la plática”. Esa conversación donde se dicen cuánto ganan, cuánto podrían aportar para el proyecto común y, de paso, lo que a cada uno le gustaría para manejar el dinero.
Realizar un presupuesto les permitirá optimizar el manejo de sus ingresos con el objetivo de evitar excesos y destinar alguna cantidad al ahorro. Así podrán establecer metas específicas como:
- Realizar el viaje de sus sueños.
- Dar el enganche para una casa.
- Comprar el coche que desean.
El casado casa quiere
A la hora de buscar techo tienes dos opciones:
a) Rentar: esto cuando no se desea o no se puede adquirir un inmueble o un crédito hipotecario para el mismo fin. A manera de guía: la industria de bienes raíces tasa, por lo general, que el valor de la renta mensual equivale al 0.7% del valor del inmueble. Si esto se cumpliera, habrás pagado el equivalente al precio del inmueble en 143 meses, es decir, 11.9 años.
b) Crédito hipotecario: esta alternativa es para las parejas que reúnen dinero para un enganche o tienen ya puntos acumulados en el Infonavit o su equivalente en Fovissste. Y claro que existe la alternativa para adquirir el financiamiento en pareja, ya sea casados o en modalidad de concubinato.
Por lo general, aunque el crédito se otorga a las dos personas, mayores de edad y lejos de la edad del retiro, una de ellas debe ser el titular y tener un ingreso mínimo comprobable. Su pareja, en cambio, no requiere comprobar un monto mínimo. Infonavit, Fovissste y la banca comercial manejan este tipo de esquema.
Si consideras esta opción, no dejes de consultar en el portal de Condusef (www.condusef.gob.mx) las tablas de intereses, transparencia de contratos y calculadora hipotecaria para hacer tus cuentas y tu presupuesto para este fin.
Repartir gastos
La incorporación de las mujeres en la fuerza laboral es una tendencia creciente. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 70% de la población femenina de todo el mundo trabaja fuera del hogar. Las mujeres que vivan en pareja compartirán los gastos. Codo a codo serán mucho más que dos para invertir, pagar y ahorrar. Ahora bien, ¿existe un modelo idóneo para establecer la medida de participación de cada uno? Por supuesto que no. Si cada persona es un mundo, cada pareja es un universo y funcionará según su estilo y necesidades. Habrá quienes decidan con base en proporción del ingreso de cada uno –o dicho de otra manera, paga más quien gana más–. También puede darse el caso que uno de los miembros de la pareja prefiera absorber la mayor parte de los gastos. Pueden intentar cualquiera o todas las propuestas y elegir la que mejor se adapte a su dinámica. Seguramente se encontrarán con dos hechos innegables: el primero, es que ese modelo será flexible, pues deberá ajustarse a través del tiempo y del natural movimiento laboral de cada uno. El segundo es que si se hace bajo un acuerdo que se respeta, funcionará a cabalidad y para tranquilidad de ambos.
Servicios compartidos
Hay dos herramientas que les resultarán muy útiles para manejar los gastos comunes: chequera y tarjeta de crédito.
Prácticamente todos los bancos ofrecen la alternativa. La chequera puede solicitarse a nombre de los dos titulares y cualquiera de los dos puede firmar el cheque.
También puede pedirse con un modelo que implique la firma de ambos, pero ese mecanismo suele ser más útil en esquemas empresariales que conyugales. En cuanto a las tarjetas de crédito compartidas, el titular de algún plástico solicitará la famosa “tarjeta adicional”. Si alguno ya cuenta con una tarjeta, será tan fácil como pedirla y listo. Tomen en cuenta que este plástico adicional tiene un costo. Nuevamente, el portal de Condusef te ayudará para comparar el Costo Anual Total (CAT) de los plásticos.
Como ves, hablar de dinero puede ser muy divertido, implica una de las actividades más intensas para una pareja: los planes a futuro.